miércoles, 8 de septiembre de 2010

CANARIAS (II y fin)

Otro día fuimos a otra playa de Amadores al suroeste de la isla donde Julen y yo paseamos románticamente.

Como Ander no paraba quieto ni un momento, su aita decidió enterrarle las piernas. No sirvió de mucho pero fue divertido.
Hacía tanto calor que decidí quedarme como vine al mundo hace 3 años y medio.
Luego estuvimos comiendo unas deliciosas pizzas y helados a la sombra porque el sol pegaba fuerte.
Adolfo, ese hombre pegado a un móvil.
Aita y yo jugamos muchísimo en la piscina y al salir nos quedábamos arrugaditos porque pasábamos horas y horas a remojo.
Ander aprendió a lanzarse al agua como una rana y Julen nadaba como un tiburón, si te descuidabas, te atacaba.
¿Adolfo nadaba tranquilamente ajeno a sus fieras?!?! NO! Ander y Julen no tuvieron piedad y el acoso fue terrible.
Mientras tanto Josune sufría desde la hamaca las inclemencias del sol y procuraba aguantar estoicamente tumbada y charlando con Mertxe.
Amatxu se ocupaba de que no me quedase helada de frío al salir del agua calentita de la piscina. AMATXU!!! CÓMO ME CUIDAS!!!
Debajo de nuestra terraza había una piscina con luces que cambiaban de color.

Uno de los últimos días fuimos a la playa de las Dunas en Maspalomas y en lo alto de una duna, mi aita tomó esta inaudita instantánea, ya que lograr la imagen de los cuatro miembros de esta familia unidos en un reducido espacio sin moverse, sin atarlos y mirando todos en la misma dirección y sentido es prácticamente imposible.
Adolfo retrocedió a sus instintos más primitivos convirtiéndose en un cazador.
Julen y yo no pescamos nada pero estabamos más felices que unas perdices.
Aita construyó un supercastillo de tres plantas para todos mis muñecos.
Han sido unas vacaciones geniales que algún día habrá que repetir.
 Muxus

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