En septiembre de 1982 yo era un niño que iba a cumplir, apenas un mes después, 10 años. El domingo 12 de septiembre estábamos en Donosti, donde nos llevó mi Aita, en la segunda jornada de la Bandera de La Concha, en la que, una vez más, Kaiku era favorito. Ese año, como algunos anteriores y otros posteriores (aunque, cada vez con menos fuerza) les habíamos visto ganar banderas por todo el Cantábrico. Desde que yo tenía uso de razón, cosa que ocurre, según dicen, a eso de los 6-7 años, la Bizkaitarra era la mejor trainera del mundo (el mundo, para mí, acababa prácticamente poco más a la izquierda de Castro, poco más abajo del Ebro, poco más a la derecha de Baiona y, por arriba estaba el mar, que era el sitio donde uno se bañaba y donde ganaba Kaiku). Así que, cuando veía a Korta y sus chicos preparando el bote y echándose al agua apenas una hora antes de la regata, notaba en el estómago la anticipación de la euforia desmedida que sabía sentiría después. Todo fue según lo previsto y, según volvíamos a casa, yo pensaba feliz en los triunfos de los siguientes años en la “Champions League” del remo.
Pero nunca llegaron…
De repente, llega 2009 y Kaiku gana el campeonato de Bizkaia, el de Euskadi, y el de España. Ya solo haber conseguido ese triplete, más de 30 años después, es un shock. No nos lo acabamos de creer. En resto de pruebas, Castro, uno de los clubs más fuertes de la última década, arrasa. Sin embargo, en casi todos los enfrentamientos con Castro y el resto de embarcaciones, Kaiku no ha podido alinear a su equipo titular por unas limitaciones reglamentarias… que no se dan en La Concha. Es decir, a Donosti todo el mundo va con todo. El que gane ahí, da igual lo que haya ocurrido en el resto de la temporada, es el amo, el más grande.
El sábado 12 de septiembre… de 2009, Eva y yo nos preparamos, un año más, para ir a ver la regata definitiva del día siguiente. Pero esta vez, vamos a ser protagonistas. El domingo anterior, en la primera jornada de la prueba, ha habido un duelo espectacular entre Kaiku y Castro, con Castro dominando buena parte de la regata pero, con un final esplendoroso, sobrepasando Kaiku a “La Marinera” (el bote de Castro) y sacándole 5 segundos en meta. ¿Será suficiente esa renta para la segunda jornada? Durante toda la semana los medios de comunicación han dado vueltas al asunto, haciéndose eco de las continuas declaraciones del entrenador de Castro: “Vamos a ganar. Lo del otro día fue un error nuestro. No ganó Kaiku, perdimos nosotros”. Korta, nuestro entrenador, al oír esto, sonreía. Buena señal.
Llega el gran día. A las 7:00 arriba, que hay que coger sitio. Recorremos media Donosti con nuestras prendas de Kaiku. La gente nos mira mientras hinchamos pecho al caminar. Algunos nos gritan vivas a sus respectivos clubes… ¡pues muy bien! Nosotros a lo nuestro, que hoy venimos a algo más que a pasar el día.
A eso de las 9:00 en el sitio que cogimos para ver la regata. Pronto se llenaría de barullo
La rampa a eso de las 9:30. Qué tranquila y la que se liaría después!! Se ve a Eva en nuestro sito... a buscar!El sitio es cojonudo, vemos el campo de regatas y la rampa del puerto a la vez . Hay Kaikutarras por todas partes. De los demás también, sobre todo de Castro, pero qué más da. La tensión hasta el momento de la regata la pasamos medio-leyendo, y sobre todo viendo preparar las traineras y echarse al mar las tripulaciones… Y por fin, los cuatro botes que van a bogar en la tanda de honor están alineados en la salida y el juez preparado para darla.
¡Ya! Txanpa inicial. Todo el mundo empieza a gritar alrededor. En la radio dicen que Kaiku ha salido muy fuerte. ¿Muy fuerte? Cuando llega a nuestra altura, un minuto después, ¡ya enseña la popa a los demás! Ya no puedo más, me pongo a gritar como un loco: ¡AUPA KAIKU!, ¡AURRERA KAIKU! Ellos no me oyen, pero los giputxis y castreños que tengo cerca vaya que sí. Se alejan, pero la radio sigue dando buenas noticias. Llegan a la ciaboga con 5 segundos de ventaja, que no ha subido mucho en la segunda parte del largo. ¿Acusará Kaiku en el largo de vuelta el esfuerzo? No parece. En seguida la ventaja es 6, 7, 8… se están acercando y la bandera ya es casi nuestra… 9, 10, 11, 12, 13. La ventaja sigue aumentando. Todo el mundo se lleva las manos a la cabeza. Acaban de pasar, de vuelta, por delante de nosotros y sé que he gritado, pero no sé exactamente qué….14, 15, 16, 17 … ¡YA! Kaiku Txapeldun!
Ahí se ve a Kaiku, ya en la bahía, a apenas 50 segundos de ser campeón. Si os fijáis, no se ve a ninguna trainera más. ¿Por qué? ¡¡¡Porque la siguiente está 17 segundos detrás!!
Castro entra, pues eso, 17 segundos después. Eso es mucho. Muchísimo. “¿Dónde habría dejado hoy Kaiku el record del campo de regatas de La Concha, si hubiera habido buena mar?” se preguntan los expertos.
Borracho de euforia arrastro a Eva hasta la rampa donde vamos a esperar a los campeones.
La rampa es ahora un hervidero de gente
Allí hay una fiesta multicolor, donde destaca el rojo de Castro (los castreños siempre con los suyos, pase lo que pase: Chapeau!!) y, por supuesto, el verde y negro nuestro. La Bizkaitarra tarda, pero llega y recibe el homenaje que merece… Tantos años observando desde fuera la tradicional celebración y recibimiento a los campeones en la rampa del viejo puerto donostiarra, y este año, nos toca a nosotros. ¡Quién lo hubiera dicho!
Iñigo en la rampa, en plena celebración
Eva en la rampa, escuchando la radio. En ese momento le están entregando la Bandera al patrón de KaikuNos vamos a la Parte Vieja donde nos miran con envidia, donde nos felicitan sinceramente (únicamente los castreños, los guipuzcoanos, lamentablemente, no nos quieren tanto como para eso) y donde “nos retamos” a la regata del año que viene. Fiesta maravillosa, cada año, la del día de “La Concha”.
Pero ya en ese momento, mi cuerpo hace “plof”. Agotado. Tanta tensión, tanta euforia, pasan factura. Ya por la tarde decidimos irnos a casa donde vemos la regata repetida por ETB. Eso me sirve para salir de dudas: “Sí, no lo he soñado, Kaiku ha vuelto a ganar La Concha” Aupa Kaiku!!!!
Texto y fotos de Iñigo, excepto la primera de 1981 tomada de internet y la última de la Bizkaitarra tomada por Jonan